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¿Vocación de Paz? Si hablan de paz es porque preparan la guerra.
AUTOR: Rolando Prudencio Briancon.
I.
No sé si es porque estamos a escasos días de celebrar otro aniversario
patrio, y parafraseando además al canciller David Choquehuanca -a uno
le hierve la sangre…- es no más pues cierto que a uno, que sin
siquiera haber estado allá como estuvo la comitiva que viajó hace un
par de semanas a Arica e Iquique; le tiene que hervir la sangre,
después de verificar que el desvío del río Lauca, como el abusivo
aprovechamiento de las aguas del manantial del Silala, y por las que,
ojo el Estado chileno no paga un solo centavo. Pero sobre todo porque
el agua dulce es un bien que en un tiempo más -tal como
progresivamente se prevé- será escasísima en todo el planeta, por lo
que es para que a cualquier boliviano le hierva, y le recontra hierva
la sangre; a no ser que en nuestras venas no corra sangre, sí corra
agua tibia, esa que: “no es ni fría, ni caliente...”
Y es que no debe -o no debería- haber boliviano alguno que
displicentemente deba mirar; no sólo que nuestros recursos naturales
como son las aguas del Silala o del Lauca sean abusivamente
aprovechadas por nuestro enemigo histórico; si no que además debamos
empezar a poner atención a las acciones que el Estado que el Estado
chileno embusteramente ha emprendido, desde la publicación del libro
“Vocación de paz”.
Para nadie es un secreto que Chile ha pasado a asumir el papel de
víctima, pese haber sido el agresor y usurpador hace más de 187 años;
y tal como hoy vuelve a repetir ese “listo” libreto, de visualizarse
como víctima de una abstracta agresión, en todo caso verbal del Estado
boliviano, y hace alarde de la publicación del libro mencionado.
Y desde luego, no es que se sientan ofendidos los gobernantes
chilenos, ni nada parecido por lo dicho por los gobernantes, pues
están consientes no sólo que la rapiña es la razón de ser del Estado
chileno, por lo que no debería mojigatamente mosquearse. Y es que en
todo caso lo que están intentado es hipócritamente invertir los
papeles. Vale decir aparecer de agredidos por lo que han dicho las
tres principales autoridades del país, ya sea el presidente Evo
Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera o el canciller David
Choquehuanca.
Pero, ¿qué objetivo oculta entonces la actitud del gobierno chileno de
adulteradamente aparecer ahora de agredidos por lo que digan las
máximas autoridades bolivianas? Se ha sabido que el gobierno chileno
ha contratado los servicios de tres consultoras internacionales, entre
una de ellas está la FTI Consulting, cuyo objetivo es: “Contactar con
un poderosa red de contactos a nivel mundial que se encarga de
desarrollar “campañas inteligentes”, ayudando a identificar y ejecutar
formas innovadoras para transformar la complejidad en verdaderas
ventajas competitivas, frente a complejos escenarios de cambio, para
maximizar los resultados deseados”.
Se acordarán de que la misma técnica de “falsificar la realidad” fue
empleada para justificar la “justiciera” intervención imperial en
Irak, y que desató luego la “Guerra en Medio Oriente” el 2003, la cual
se tradujo en el sanguinario saqueo del petróleo iraquí. Hoy al
parecer esa misma estrategia estadounidense está empelando el gobierno
chileno, para “fabricar” esa realidad, a partir de las declaraciones,
ya sea del presidente, vicepresidente y canciller boliviano. No en
vano la presidenta chilena ha estado de gira en los EE.UU.,
reuniéndose con el presidente Obama para tender alianzas con quienes
tienen extendida experiencia en falsificar la realidad, como fueron
las famosas y falaces “armas de destrucción masiva”, que sirvió para
la invasión yanqui a Irak.
Tampoco es un dato aislado que el agente de Chile ante la Corte
Internacional de Justicia (CIJ), José Miguel Insulza, haya viajado
esta tarde a Arica e Iquique donde desarrollará una intensa agenda que
incluye reuniones con los gabinetes locales integrados, recorridos por
las instalaciones portuarias, charlas en universidades y una visita al
Altiplano, donde será recibido por las autoridades de Putre. Y es que
lo que el gobierno chileno está prematuramente preparando, es el ánimo
de la sociedad civil chilena ante un eventual fallo desfavorable que
el tribunal de La Haya pudiese emitir para los intereses chilenos, y
puedan tenerla en estado de apronte.
Consiguientemente se comprende que estas consultoras cumplen el
trabajo de transformar la complejidad -tal como señalan dentro sus
objetivos- en la que por ejemplo el agresor aparece de agredido, que
es lo que hoy las autoridades chilenas están esforzándose por mostrar
al mundo entero; o en todo caso es que: “Si hablan de paz, es porque
preparan la guerra”.
II.
NO SIQUIERA LA FUERZA SINO LA RAPIÑA LA RAZON DE SER DE CHILE.
Ojalá incluso fuese la fuerza la razón de ser del Estado chileno, y
mejor si en la contienda con los otros se diera como comúnmente se
dice “uno a uno”, cuando entre hombres de decide quien se impone al
otro en base a la fuerza, pero eso es al final de cuentas un buen
deseo desde el momento en que la eliminación del otro, y de los otros;
han sido, son y serán parte de las políticas imperiales genocidas en
la historia de la humanidad. Esos han sido los casos de los imperios,
sea romano, inglés, norteamericano y otros que haya podido haber.
Y es que es así como los pueblos del mundo se han impuesto al final de
cuentas a lo largo de la historia. Por ejemplo el símbolo más conocido
sobre esa interdependiente relación entre la razón y la fuerza, está
el que representa el símbolo de la Justicia, simbolizada por: la
balanza (que es expresión de la razón y el derecho) y la espada (que
representa el poder y la fuerza), que sostiene la Diosa Themis. No en
vano en latín la expresión: “aut consiliis aut ense” (o por consejos o
por espada), hacía referencia a esa relación interdependiente.
Claro que aún así, el mundo esté constituido de esa forma, en la que
la fuerza es la que se impone; en el caso del Estado chileno, es la
rapiña, el robo, la usurpación, más que la misma fuerza la que hace a
su esencia. Ciertamente que la fuerza es la que permite luego cometer
los abusos, como el saqueo y despojo de los bienes de los que
obviamente son menos fuertes.
Lo cierto es que cuando en algunos casos cuando existen Estados, que
siendo débiles, se hacen fuertes al “vender su alma” al imperio, como
es el caso del Estado chileno -el israelí en la actualidad también-
que dada su debilidad como nación tuvo que convertirse en la punta de
lanza del imperio hace más de un siglo atrás, convirtiéndose en un
agresor; nada menos que de su vecino; tal como ocurrió durante la
invasión y posterior Guerra del Pacífico.
Vale decir que su razón de ser rastrera del Estado chileno, lo ha
convertido en la punta de lanza de los imperios, ya que respaldado por
la fuerza del imperio inglés, nos ha robado nuestros territorios, y
que como compensación a su incondicional congraciado, éste se apropió
-con la ayuda de sus poderosos patrones- de aquellos territorios que
nos daban nuestra cualidad marítima. No en vano hoy persiste esta
vieja visión, como actos de apropiarse de lo ajeno que ha tenido y
tiene el Estado chileno, ya también con las aguas del MANANTIAL del
Silala, como las aguas del río Lauca.
Así que más que la fuerza -ni qué decir de la razón- ha sido, y es la
rapiña la razón de ser del Estado; pero además el vender su alma a los
imperios.